sábado, 25 de abril de 2015

Bibliografias.





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LIBRO: EL MUNDO DE SOFIA
AUTOR: JOSTEIN GAARDER
GRUPO EDITORIAL: PATRIA

Biografias



San Agustín

(Aurelius Augustinus o Aurelio Agustín de Hipona; Tagaste, hoy Suq Ahras, actual Argelia, 354 - Hipona, id., 430) Teólogo latino, una de las máximas figuras de la historia del pensamiento cristiano.
San Agustín se esforzó en acceder a la salvación por los caminos de la más absoluta racionalidad. Sufrió y se extravió numerosas veces, porque es tarea de titanes acomodar las verdades reveladas a las certezas científicas y matemáticas y alcanzar la divinidad mediante los saberes enciclopédicos. Y aún es más difícil si se posee un espíritu ardoroso que no ignora los deleites del cuerpo. La personalidad de San Agustín de Hipona era de hierro e hicieron falta durísimos yunques para forjarla.
En 384 encontramos a San Agustín de Hipona en Milán ejerciendo de profesor de oratoria. Allí lee sin descanso a los clásicos, profundiza en los antiguos pensadores y devora algunos textos de filosofía neoplatónica. La lectura de los neoplatónicos, probablemente de Plotino, debilitó las convicciones maniqueístas de San Agustín y modificó su concepción de la esencia divina y de la naturaleza del mal; igualmente decisivo en la nueva orientación de su pensamiento serían los sermones de San Ambrosio, arzobispo de Milán, que partía de Plotino para demostrar los dogmas y a quien San Agustín escuchaba con delectación, quedando "maravillado, sin aliento, con el corazón ardiendo". A partir de la idea de que «Dios es luz, sustancia espiritual de la que todo depende y que no depende de nada», San Agustín comprendió que las cosas, estando necesariamente subordinadas a Dios, derivan todo su ser de Él, de manera que el mal sólo puede ser entendido como pérdida de un bien, como ausencia o no-ser, en ningún caso como sustancia.
El tema central del pensamiento de San Agustín de Hipona es la relación del alma, perdida por el pecado y salvada por la gracia divina, con Dios, relación en la que el mundo exterior no cumple otra función que la de mediador entre ambas partes. De ahí su carácter esencialmente espiritualista, frente a la tendencia cosmológica de la filosofía griega. La obra del santo se plantea como un largo y ardiente diálogo entre la criatura y su Creador, esquema que desarrollan explícitamente sus Confesiones (400).
Si bien el encuentro del hombre con Dios se produce en la charitas (amor), Dios es concebido como verdad, en la línea del idealismo platónico. Sólo situándose en el seno de esa verdad, es decir, al realizar el movimiento de lo finito hacia lo infinito, puede el hombre acercarse a su propia esencia. 



Orígenes

(Alejandría?, hacia 185 - Tiro, actual Líbano, hacia 254) Teólogo y Padre de la Iglesia griega. Nacido en el seno de una familia cristiana (su padre murió martirizado en el 202), sucedió a Clemente de Alejandría al frente de la escuela cristiana de Alejandría, que convirtió en un prestigioso centro de teología. Su rivalidad con el obispo Demetrio, que le reprochó haberse hecho ordenar sacerdote sin su consentimiento, lo llevó a exiliarse en Palestina (231).
Exponente privilegiado de la gnosis ortodoxa, fue el primero en concebir un sistema completo del cristianismo, integrando las teorías neoplatónicas. Sus ideas, recuperadas y sistematizadas en los siglos siguientes por una corriente de pensamiento llamada origenismo, suscitaron vivas controversias y fueron finalmente condenadas en el concilio de Constantinopla (553).
Sus obras sobre la Biblia se dividen en tres categorías: Escolios, es decir, explicaciones a pasajes difíciles; Homilías, prédicas tendentes a ilustrar libros enteros de las Escrituras, y Comentarios, examen sistemático de los textos. En estos últimos, Orígenes aplica una exégesis simbólica, distinguiendo en la Escritura tres niveles de significado, correspondientes a las tres partes de la naturaleza humana (física, psíquica y espiritual). En la Escritura, pues, se da un sentido literal, que se limita a considerar los hechos históricos narrados; un sentido moral, que descubre en la historia orientaciones éticas, y por eso interpela a la voluntad, y un sentido místico, perteneciente a la profundidad del misterio de fe oculta en la letra.
En sus obras doctrinarias (Contra Celso y Sobre los principios), Orígenes expone su pensamiento filosófico, en el que se muestra deudor del platonismo, del estoicismo y del neoplatonismo. Orígenes postula la creación del mundo ab aeterno, como corresponde, según él, a la inmutabilidad de Dios, y a su bondad, la cual por su propia naturaleza tiende a una manifestación y donación continuas.
Al explicar la Trinidad, la distinción de las personas predomina respecto a la unidad de substancia, de tal forma que sólo el Padre es verdaderamente Dios, en cuanto es el único "no-engendrado"; el Hijo ha sido engendrado, y por esa razón es un Dios secundario; su acción se halla limitada a los seres racionales. El Espíritu Santo deriva del Hijo y extiende su acción únicamente a los santos. 


SAN JUSTINO

Nació en la ciudad de Flavia Neapolis (actual Nablus, en Cisjordania; llamada Siquem en el Antiguo Testamento). Aunque afirma ser samaritano, su familia era pagana de habla griega, por lo que fue educado en ese contexto cultural. En su Diálogo con Trifón cuenta que estudió filosofía con diferentes maestros que por una u otra razón le decepcionaron y, tras convertirse al cristianismo (antes reconoce haber profesado la filosofía platónica) en Éfeso, en tiempos de Adriano, dedicó el resto de su vida a difundir lo que él consideraba la verdadera filosofía. Su concepto de la misma radica esencialmente en el sincretismo judeo-alejandrino. Parece ser que viajó bastante, y que al final de su vida se instaló en Roma, donde fundó el Didascáleo romano, una escuela de filosofía cristiana. Sufrió martirio en la capital del Imperio, al parecer debido a sus disputas con el cínico Crescencio, durante el reinado de Marco Aurelio, siendo Junio Rústico prefecto de la ciudad (entre 162 y 168).
Justino es uno de los mártires que demuestra, desde el punto de vista histórico, de cómo la Iglesia celebraba el culto desde el comienzo de la misma. En el capítulo 2, versículo 42 del libro Hechos de los Apóstoles, se lee "Perseveraban asiduamente en la doctrina de los Apóstoles y la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones". De allí que su famoso discurso eucarístico sea citado siempre como referencia de cómo vivían la fe los primeros cristianos.
La idea del Logos siempre le llamaba la atención a Justino. Es demasiado asumir una unión directa con Filón de Alejandría, en este detalle. La idea del Logos era extensamente familiar a hombres cultos, y la designación del Hijo de Dios como Logos no era nueva a la teología cristiana. El significado está claro, sin embargo, en la manera en la cual Justino identifica al Cristo histórico con la fuerza racional vigente en el universo, que conduce hasta la reclamación de toda la verdad y virtud para los cristianos y a la demostración de la veneración de Cristo, que despertó tanta oposición, como la única actitud razonable. Es principalmente para esta justificación de la veneración de Cristo que Justino emplea la Idea del Logos.
Justino ve al Logos de Dios como un Dios engendrado:
El Logos de la Sabiduría, quien es este mismo Dios engendrado del Padre de todo, Logos, Sabiduría, Poder, y gloria del Engendrador.


JUAN ESCOTO

Nacido en Irlanda en 1810, es el creador del primer gran sistema filosófico de la edad media. Al parecer era descendiente de escoceses pero, como ya se ha dicho, debió nacer en Irlanda como así lo indica el uso del seudónimo Johannes Ierugena o Eríugena (que quiere decir "nacido en Irlanda"). En torno al 847 Carlos I, rey de Francia, le nombra supervisor de la escuela de la corte y le encarga que traduzca al latín las obras del neoplatónico Dionisio el Areopagita. Eríugena, que no quiso someter sus obras al control de la censura, entró en conflicto con el papa Nicolás I. El rey Carlos le prestó su apoyo, aunque tuvo que vivir recluído en la corte hasta la muerte del monarca en 877. Los concilios de Valence (855), Langres (859) y Vercelli (1050) condenaron el tratado De Divina Praedestinatione (Sobre la predestinación divina, 851), que defiende la creencia de Hincmar, arzobispo de Reims, sobre el destino final de los individuos en el sentido de que éste no depende de Dios de una forma absoluta, ya que la voluntad también tiene algo que decir sobre la salvación o la condenación. Por otra parte, Eríugena afirma también en sus escritos que no existe nada semejante a la condenación como se cree conforme a la tradición. Todos los seres humanos, afirma, se transformarán por igual en espíritus puros. En su panteística obra De Divisione Naturae (Sobre la división de la Naturaleza, 865-870), rechaza la creencia cristiana de que el universo fuera creado de la nada. Sostiene más bien que el mundo del espacio y del tiempo es una manifestación de las ideas presentes en el pensamiento de Dios y describe a este dios como el punto más alto de toda la evolución. Eríugena afirma también que la razón no necesita ser sancionada por la autoridad; más bien al contrario, la razón es en sí misma la base de la autoridad. La obra De Divisione Naturae fue condenada en 1225, en el concilio de Sens, y el papa Honorio III ordenó que se quemara. Suele creerse que Eríugena escribió también una obra en la que negaba la presencia de Cristo en la Eucaristía. Aunque algunos de los puntos de vista de Eríugena pueden considerarse heréticos, es respetado sin embargo por el alcance de su obra y lo más frecuente es que se le considere como uno de los primeros representantes del escolasticismo.


San Anselmo

(Aosta, 1033-Canterbury, 1109) Monje benedictino. Fue abad de Santa María de Bec, en Normandía, y arzobispo de Canterbury (1093). Desterrado por querer sustraer de la influencia regia las elecciones episcopales, pudo regresar a Inglaterra. Fue uno de los prelados más cultos de su tiempo. La especulación filosófica, según él, era una consecuencia exigida por la fe. Sostenía la necesidad de creer para comprender a fin de intentar luego comprender lo que se creía. No anteponer la fe, según Anselmo, era presunción; sin embargo, no apelar a continuación a la razón era negligencia. En la cuestión de los universales, se inclinó hacia la solución platónica. De este realismo proviene el valor de la llamada prueba ontológica de la existencia de Dios propuesta en el Proslogium: tenemos la idea de un ser perfecto; sin embargo, la perfección absoluta implica necesariamente la perfección de la existencia; luego el Ser Perfecto existe. Entre sus obras, cabe destacar Cur Deus homo, donde expone una hermosa doctrina de la redención. Se le considera fundador de la teología escolástica y su influjo se extiende hasta la reciente teología de Karl Barth. Es doctor de la Iglesia. 


Santo Tomás de Aquino

(Llamado Doctor Angélico; Roccaseca, actual Italia, 1224 - Fossanuova, id., 1274) Teólogo y filósofo italiano. Hijo de una de las familias aristócratas más influyentes de la Italia meridional, estudió en Montecassino, en cuyo monasterio benedictino sus padres quisieron que siguiera la carrera eclesiástica. Posteriormente se trasladó a Nápoles, donde cursó estudios de artes y teología y entró en contacto con la Orden de los Hermanos Predicadores.
En 1243 manifestó su deseo de ingresar en dicha Orden, pero su familia se opuso firmemente, e incluso su madre consiguió el permiso de Federico II para que sus dos hermanos, miembros del ejército imperial, detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en Acquapendente en mayo de 1244, y el santo permaneció retenido en el castillo de Santo Giovanni durante un año. Tras una queja de Juan el Teutónico, general de los dominicos, a Federico II, éste accedió a que Tomás fuera puesto en libertad. Luego se le permitió trasladarse a París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, fecha en que obtuvo el título de maestro en teología.
Durante estos años estuvo al cuidado de Alberto Magno, con quien entabló una duradera amistad. Les unía -además del hecho de pertenecer ambos a la Orden dominica- una visión abierta y tolerante, aunque no exenta de crítica, del nuevo saber grecoárabe, que por aquellas fechas llegaba masivamente a las universidades y centros de cultura occidentales. Tras doctorarse, ocupó una de las cátedras reservadas a los dominicos, tarea que compatibilizó con la redacción de sus primeras obras, en las cuales empezó a alejarse de la corriente teológica mayoritaria, derivada de las enseñanzas de San Agustín de Hipona.
En 1259 regresó a Italia, donde permaneció hasta 1268 al servicio de la corte pontificia en calidad de instructor y consultor del Papa, a quien acompañaba en sus viajes. Durante estos años redactó varios comentarios al Pseudo-Dionisio y a Aristóteles, finalizó la Suma contra los gentiles, obra en la cual repasaba críticamente las filosofías y teologías presentes a lo largo de la historia, e inició la redacción de su obra capital, la Suma Teológica, en la que estuvo ocupado entre 1267 y 1274 y que representa el compendio último de todo su pensamiento.


Antístenes
Filósofo griego, fundador de la "Escuela cínica" 

"Primero maniático que voluptuoso" 
Antístenes
Nació en Atenas en el año 444 a.C. Aunque su padre había nacido también en Atenas, se vio impedido de obtener la ciudadanía ateniense porque su madre era una esclava tracia. 
 Fue alumno del sofista Gorgias y se inició en los misterios órficos. Enseñó la Sofística y la Retórica, pero cuando oyó a Sócrates, se declaró uno de sus más fieles discípulos. Según relata Platón en el diálogo Fedón, fue uno de los que acompañaron a Sócrates en la celda en el momento de su muerte. 

Fundó una escuela en el Cynosasgos (sepulcro del perro) para los atenienses que no eran nobles cerca del templo de Hércules, a las afueras de Atenas. De allí proviene el nombre de su escuela: Cínica (= "de Los Perros"). Diógenes Laercio dice que el mismo Antístenes solía llamarse a sí mismo Aploción, perro manso. Sus enseñanzas eran las de un sofista, con la diferencia de que no consideraba a la disputa una preparación para la formación intelectual sino una preparación para la vida virtuosa. Creía que la felicidad era alcanzable sólo a través de la virtud, por ello recomendaba la vida sencilla olvidando los placeres mundanos rechazando el culto a las divinidades paganas, censuraba el arte y la literatura, condenaba el lujo y la comodidad, alababa el trabajo duro y afirmaba que el conocimiento sólo se consigue mediante exactas definiciones.





Diógenes

(Diógenes de Sínope, llamado el Cínico; Sínope, c. 404 a.J.C. - ?, c. 323) Filósofo griego. Fue el discípulo más destacado de Antístenes, fundador de la escuela cínica. Para él, la virtud era el soberano bien. Rechazaba toda convención, la ciencia, los honores y la riqueza. Llamado por Platón «Sócrates delirante», iba siempre descalzo, vestía una capa y vivía en un tonel. Objeto de burla y, a la vez, de respeto para los atenienses, para Epicteto fue modelo de sabiduría. Sus escritos se han perdido.
Diógenes abogaba por un estilo de vida ascético y lo ponía en práctica; se basaba en la autosuficiencia y en un riguroso entrenamiento del cuerpo para tener las menores necesidades posibles. Con estos planteamientos rompía con el ideal del hombre como animal político que todavía mantenía Aristóteles. Creía que la felicidad se lograba mediante la satisfacción exclusiva de las necesidades naturales en el modo más sencillo y práctico, sin estar condicionado por el peso de las instituciones. Consideraba que las convenciones contrarias a estos principios no eran naturales y debían ignorarse.







Zenón de Elea

(Elea?, actual Italia, hacia 495 a.C. - id., hacia 430 a.C.) Filósofo griego. Fue discípulo de Parménides, con el que, probablemente, se trasladó a Atenas a mediados del siglo V a.C., donde encontró al joven Sócrates, según testimonio de Platón.
Zenón escribió el libro en prosa Sobre la naturaleza, orientado a defender la tesis de Parménides. De él se conservan, como auténticos, cinco fragmentos, gracias al comentario de Simplicio a la Física de Aristóteles. El escrito se dividía en varias partes, a las que Platón denomina logoi o argumentos. Cada una de las partes contenía un cierto número de hipótesis o premisas de los adversarios, que reducía al absurdo para demostrar la tesis propia. Murió al querer liberar a su patria del tirano Nearco, que ejercía un poder absoluto y opresor.
Zenón de Elea no elaboró una doctrina propia, sino que se limitó a defender la de su maestro Parménides con razonamientos que, según dijo Aristóteles en su Física, "producen dolor de cabeza a quienes intentan resolverlos". De hecho, Zenón fue el inventor indiscutible del razonamiento paradójico.
Hoy conocemos sus argumentos a través de Platón y sobre todo, de Aristóteles. Los más célebres de ellos son sus paradojas a propósito del movimiento. Las paradojas de Zenón, que se presentan como un reto para el pensamiento, han tenido una función decisiva en la historia de la filosofía. Ciertamente, es verdad que pueden ser desmentidas fácilmente observando el mundo natural.


http://www.biografiasyvidas.com/biografia/z/zenon.htm